pinkwashing

El término "pinkwashing" es utilizado de manera crítica para referirse a la práctica de intentar beneficiarse del apoyo supuesto hacia los derechos LGBTQ+, a menudo como una forma de obtener ganancias o de distraer la atención de una agenda separada. Esta estrategia ha sido utilizada por diversas empresas y organizaciones que buscan mostrar una imagen de inclusión y apoyo hacia la diversidad sexual y de género, sin realmente comprometerse con acciones concretas para promover la igualdad y el respeto hacia la comunidad LGBTQ+. El origen de este término se remonta a la década de los 90, cuando la empresa de cosméticos Estée Lauder lanzó una campaña de marketing con el lema "Breast Cancer Awareness" (concienciación sobre el cáncer de mama), usando el color rosa como símbolo de solidaridad hacia las mujeres afectadas por esta enfermedad. Aunque la campaña fue bien recibida por muchos, también fue criticada por activistas LGBTQ+ que consideraron que la empresa estaba usando la causa del cáncer de mama como una forma de lavar su imagen y desviar la atención de su falta de compromiso real hacia la diversidad y la inclusión. Desde entonces, el término "pinkwashing" ha sido utilizado para denunciar cualquier intento de utilizar la causa LGBTQ+ como una estrategia de marketing sin comprometerse realmente con la lucha por la igualdad de derechos. Muchas empresas y organizaciones han sido señaladas por esta práctica, generando un debate sobre la verdadera intención detrás de sus acciones y el impacto que pueden tener en la comunidad LGBTQ+. En conclusión, el pinkwashing es una estrategia que busca capitalizar el apoyo hacia los derechos LGBTQ+ sin realmente comprometerse con la lucha por la igualdad y la inclusión. Es importante estar alerta ante este tipo de prácticas y exigir acciones concretas y reales que promuevan un cambio positivo en la sociedad.